8 de marzo de 2022. El precio del combustible continúa disparado y ha alcanzado su récord histórico; esta semana ha comenzado con un precio medio del gasoil de 1,632 €/l., lo cual representa una subida del 38,4% respecto hace un año y un incremento del 50,7% desde el 1 de enero de 2021; mientras que el precio del gas natural durante 2021 ha sido un 365% superior al promediado durante el año 2020, agravándose esta situación en las últimas semanas debido a la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Esta situación está generando un grave perjuicio al transporte en general y lastra de forma determinante la lenta recuperación de un sector muy golpeado durante los dos últimos años; el transporte regular de viajeros por carretera solo ha recuperado en 2021 el 60% de los viajeros que había en 2019, mientras que el transporte turístico ha estado prácticamente sin actividad.
Los actuales niveles de demanda, todavía muy lejos de los anteriores a la pandemia, unido al elevado precio de la energía está afectando de manera dramática a las empresas de un sector que es indispensable para la movilidad, la cohesión social y la vertebración territorial; no hay que olvidar que el autobús es el único modo de transporte público que da cobertura a casi la totalidad de la región, es un eslabón clave de la cadena turística y que, en materia medioambiental, es el modo de transporte que menos gases de efecto invernadero genera, siendo responsable de únicamente el 0,42% del total de las emisiones de CO2 del transporte por carretera en España.
Hay que destacar también el esfuerzo inversor que ha realizado el sector para evolucionar y adaptarse a los nuevos avances tecnológicos que han permitido mejorar la eficiencia y reducir las emisiones. Incluso se ha producido una transición hacia combustibles alternativos, como el gas natural, que se está viendo penalizada por el incremento constante del precio de este combustible.
Desde FANDABUS se solicita que las administraciones tomen medidas urgentes para paliar una situación insostenible que puede provocar la desaparición de multitud de empresas, la mayoría de los cuales son de pequeño y mediano tamaño y de carácter familiar. Es necesaria la puesta en marcha de una serie de compensaciones económicas, una revisión extraordinaria de las tarifas y el reequilibrio de los contratos de servicio público de transporte, como hacen en otras comunidades autónomas.